Cocinando con El agricultor
Por
Federico Trujillo Uribe
El mundo del cocinero es complejo, pasa su vida entre sartenes, sabores, creaciones, dirigiendo sus cocinas, tratando de promocionarse pero sobre todo transformando los ingredientes que nos da la madre tierra para volverlos un manjar.
Lo que muchos no
alcanzan a dimensionar es su importancia en el proceso productivo
agroindustrial.
Desgraciadamente
el contacto que tienen nuestros nuevos cocineros con el campo es muy poco,
muchos de ellos no conocen el origen o la planta de donde se obtienen, peor aún
las condiciones climáticas o regiones donde se cultivan.
Todo se ha
vuelto demasiado fácil, es sólo tomar el carro y encontrar en el supermercado
más cercano una gran variedad bien
escogida de productos limpios en estanterías bien refrigeradas y con letras
sugestivas que muestran su valor.
Tan fácil como tomar una bolsa de
poliestireno. Escoger el producto, hacerlo pesar y luego pagarlo. Salen
entusiasmados a preparar sus delicias culinarias, pero ninguno se pone a pensar
cual fue la cadena de procesos que sufrió este para llegar a ese lugar.
Todo
comienza en un lugar maravilloso llamado el campo colombiano, donde el
protagonista es un hombre normalmente escaso de educación, campesino de origen,
que fija su esperanza en el terruño que con mucho esfuerzo ha adquirido. Como
la tierra es su lienzo donde pinta vacas, cerdos, gallinas o cultivos, él se
convierte en el hacedor de ese sueño de prosperidad. La tierra su mejor aliada,
se tiene que abonar y mover para hacerla fértil. Para esto viaja distancias
para adquirir los insumos que la hagan
más nutrida de minerales. Luego tiene que comprar la semilla, sembrarla,
regarla, cuidarla en su proceso, luchar con los cambios climáticos, cosecharla,
embalarla, transportarla y luego tratar de venderla. Desgraciadamente aquí sólo
empieza su dolor de cabeza y el
Abuso al que es sometido. Empieza a
aparecer los intermediarios que se aprovechan de su ignorancia para abusar de
él y regatear el precio.
El maravilloso producto empieza a
circular de mano en mano como ramera de prostíbulos y termina en la ciudad con
un sobrecosto a razón de la “Madame” o intermediario. Esto mismo sufre varios
cambios desde que sale del terruño hasta el punto de venta en la ciudad. Le
quitaron el costal viejo donde el campesino lo empaca, lo lavaron y lo secaron.
Luego lo clasifican según su madurez, su tamaño y hasta su origen.
Posteriormente lo empacan en cajas de plásticos de colores y le rocían químicos
que los hacen más durables y apetitosos.
Queda perfecto, bañado, perfumado y maquillado como para que el cliente
citadino se lo pueda comer, sin importarle su origen humilde y su raíz
campesina.
Una situación común que se vive en
todas las regiones de Colombia donde el agro es productivo y la ignorancia se
controla para beneficio del mayorista. La máxima preocupación es la falta de
visión de los políticos que lidera el agro colombiano. Creen que a punta de
sermones, promesas y decretos se logra controlar y proteger el campo colombiano.
Más nunca han dimensionado la
importancia del cocinero en esta cadena. Quién
mejor que el cocinero para transformar el producto agropecuario y
volverlo apetitoso: la estrategiasque planteo es la siguiente:
El cocinero debe enfocar su
conocimiento en apoyar al campesino en
el tipo de productos que son importantes para la elaboración de recetas culinarias
y procesos industriales; como los tamaños, los puntos de madurez, los colores,
las texturas y variedades,
Proponer sistemas de limpieza,
selección y embalaje de productos para que lleguen en condiciones ideales y
evitar los intermediarios. Clasificar los productos según el tipo de
consumidor: Por estrato social, por usos (hoteles, restaurantes, plantas de
producción, etc)
Ayudarle al campesino a crear
microempresa con su producto de origen, Enseñarles a desarrollar subproductos,
como mermeladas, salsas, encurtidos, jamones, quesos, yogures, arequipes etc.
Que puedan ser vendidos en mercados campesinos de la ciudad.
Apadrinar, reunir fincas de un mismo
sector que se comprometan en la producción que suministren a grupos de restaurantes
u hoteles de la ciudad,Apoyar en el impulso de productos con base a estrategias
y alianzas.
Desarrollar campañas que beneficien al
consumidor con base a mercados comprados en sectores de la ciudad. Dichos
mercados irían acompañados de recetas diarias basadas en los productos
adquiridos, Esta campaña podría ir acompañada con clases abiertas al público
donde estudiantes del último grado de cocina preparen las recetas o
formulaciones. Crear el semestre rural en las escuelas de cocina donde los
alumnos salen a diferentes áreas del país a enseñar a cocinar y desarrollar
productos, Los temas relacionados con el agro y el cocinero son amplios y veo
que este es el momento de generar y esclarecer esta alianza histórica a la cual
nunca le hemos dado la importancia que merece.
“El mundo es alimentado por el agro”
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