TEXTO 1
El texto
propuesto corresponde al fragmento inicial de la Apología de Sócrates, escrita
por Platón en el siglo V a.C.
SÓCRATES:
No sé,
atenienses, la sensación que habéis experimentado por las palabras de mis
acusadores. Ciertamente, bajo su efecto, incluso yo mismo he estado a punto de
no reconocerme; tan persuasivamente hablaban. Sin embargo, por así decirlo, no
han dicho nada verdadero. De las muchas mentiras que han urdido, una me causó
especial extrañeza, aquella en la que decían que teníais que precaveros de ser
engañados por mí porque, dicen ellos, soy hábil para hablar. En efecto, no
sentir vergüenza de que inmediatamente les voy a contradecir con la realidad
cuando de ningún modo me muestre hábil para hablar, eso me ha parecido en ellos
lo más falto de vergüenza, si no es que acaso éstos llaman hábil para hablar al
que dice la verdad. Pues, si es eso lo que dicen, yo estaría de acuerdo en que
soy orador, pero no al modo de ellos. En efecto, como digo, éstos han dicho
poco o nada verdadero. En cambio, vosotros vais a oír de mí toda la verdad;
ciertamente, por Zeus, atenienses, no oiréis bellas frases, como las de éstos,
adornadas cuidadosamente con expresiones y vocablos, sino que vais a oír frases
dichas al azar con las palabras que me vengan a la boca; porque estoy seguro de
que es justo lo que digo, y ninguno de vosotros espere otra cosa. Pues, por
supuesto, tampoco sería adecuado, a esta edad mía, presentarme ante vosotros
como un jovenzuelo que modela sus discursos. Además y muy seriamente,
atenienses, os suplico y pido que si me oís hacer mi defensa con las mismas
expresiones que acostumbro a usar, bien en el ágora, encima de las mesas de los
cambistas, donde muchos de vosotros me habéis oído, bien en otras partes, que
no os cause extrañeza, ni protestéis por ello. En efecto, la situación es ésta.
Ahora, por primera vez, comparezco ante un tribunal a mis setenta años.
Simplemente, soy ajeno al modo de expresarse aquí. Del mismo modo que si, en
realidad, fuera extranjero me consentiríais, por supuesto, que hablara con el
acento y manera en los que me hubiera educado, también ahora os pido como algo
justo, según me parece a mí, que me permitáis mi manera de expresarme -quizá
podría ser peor, quizá mejor- y consideréis y pongáis atención solamente a si
digo cosas justas o no. Éste es el deber del juez, el del orador, decir la
verdad.
Platón, Apología de
Sócrates (fragmento, 17a-18a)
TEXTO 2
Cuando Einstein propuso este acertijo
dijo que el 98% de la población mundial no seria capaz de resolverlo.
Personalmente creo que no es tan
complicado encontrar la solución, es solo cuestión de tiempo y dedicación.
El acertijo dice así:
Tenemos 5 casas de cinco colores
diferentes y en cada una de ellas vive una persona de una nacionalidad
diferente.
Cada uno de los dueños bebe una bebida diferente, fuma una marca de cigarrillos diferente y tiene una mascota diferente.
Cada uno de los dueños bebe una bebida diferente, fuma una marca de cigarrillos diferente y tiene una mascota diferente.
Tenemos las siguientes claves:
- El británico vive en la casa roja.
- El sueco tiene un perro.
- El danés toma té.
- La casa verde esta a la izquierda de la
blanca.
- El dueño de la casa verde toma café.
- La persona que fuma Pall Mall tiene un
pájaro.
- El dueño de la casa amarilla fuma Dunhill.
- El que vive en la casa del centro toma
leche.
- El noruego vive en la primera casa.
- La persona que fuma Brends vive junto a la
que tiene un gato.
- La persona que tiene un caballo vive junto a
la que fuma Dunhill.
- El que fuma Bluemasters bebe cerveza.
- El alemán fuma prince.
- El noruego vive junto a la casa azul.
- El que fuma Brends tiene un vecino que toma
agua.
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